
El Comando de Naciones Unidas, liderado por el ejército de Estados Unidos, celebró una solemne ceremonia para repatriar los restos de 55 soldados estadounidenses caídos en la Guerra de Corea y recientemente devueltos por Corea del Norte en el marco actual de deshielo.
La ceremonia se llevó a cabo en la base aérea de Osan, 70 kilómetros al sur de Seúl, cinco días después de que elrégimen de Pyongyang permitiera a un avión estadounidense recoger los restos en la localidad norcoreana de Wonsan y volar de vuelta a Corea del Sur.
La entrega fue acordada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, durante la cumbre de Singapur celebrada el 12 de junio, en la que ambos firmaron una declaración para mejorar lazos y trabajar en la desnuclearización de la península si Washington garantiza la supervivencia del régimen.
“Los caídos de la Guerra de Corea (1950-1953) nunca han sido olvidados por Estados Unidos o los otros 16 países que componen el Comando de la ONU (UNC). El Comando nunca deja soldados tras de sí, vivos o fallecidos, y continuará la misión de repatriación hasta que cada soldado retorne a casa”, explicó el UNC en un comunicado.
Unas 500 personas tomaron parte en la ceremonia, incluyendo el comandante del UNC, Vicent Brooks; el embajador de Estados Unidos en Corea del Sur, Harry Harris, y el Ministro de Defensa surcoreano, Song Young-moo.